Cambiando De Carril

Esta mañana venía de camino a casa por una de nuestras famosas ciclo rutas con sendero peatonal (que por cierto descubrí hace poco) y al subir al puente me fijé en un par de personas que venían bajando y mi primer pensamiento fue “¿porque vendrán caminando por el carril de las bicis?” “¡Claro! Están equivocadas” me respondí de inmediato y de manera automática. Aunque vi la señalización, no me fijé en ella y empecé a subir el puente. A unos pocos metros, muy absorta en mis pensamientos, escuche una voz muy amable que me dijo “estas equivocada de carril”. De inmediato me percaté que un joven en una bici detrás de mí me había advertido y lo confirmé al fijarme esta vez en la señalización. Me apresuré a dar las gracias y cambiar mi rumbo. 

¿Cuántas veces pensamos que todos los demás están equivocados menos nosotros? ¿Cuántas veces vemos pasar las señales, pero no nos fijamos en ella? Creo, sin lugar a duda, que a todos nos ha pasado cientos de veces, en situaciones de nuestro estudio, el trabajo y hasta familiares. Creemos tener la razón simplemente porque somos nosotros, nos sentimos confiados, seguros y nos volvemos tercos, obstinados e incluso orgullosos; aun si caemos en cuenta que en realidad estábamos equivocados, nos cuesta aceptarlo. 

En muchas otras situaciones corremos con la suerte de tener a alguien que nos muestre el error, un compañer@ de trabajo, de estudio, nuestro mejor amig@, un herman@ o quizá nuestros padres y nos da tiempo para corregir la situación y a tiempo evitar algún mal rato. 

Sin embargo, hay momentos en la que alguien mucho más sabio nos susurra al oído que vamos por el carril equivocado; se trata de esa vocecita interior, tu alma, tu ser más profundo y al que la mayoría de las veces decidimos ignorar abiertamente. Nuestro ego se antepone indicándonos que todo va bien, que no pasa nada y que escucharnos será un error.

Alguna vez te has preguntado, ¿qué pasaría si decides escuchar más asiduamente esa voz? Podrías entender situaciones, comportamientos, emociones con las que quizá no te sientas cómodo; podrías descubrir y potencializar talentos, habilidades que a simple vista no son tan evidentes; podrías caminar más liviano e ir a dónde quieras. 

Por atención a esa vocecita sabia que te conoce en tu inmensidad, en tu profunda sabiduría y en tu belleza interior. Escúchala con atención y descubrirás cuando tienes que cambiar de carril, para llegar al lugar con el que sueñas.

¡¡¡Feliz día!!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *